BUENOS AIRES, DE ABRIL DE 2009.-
El dia de ayer, martes, eran las nueve de la noche cuando estaba entrando al estudio de la radio para hacer nuestro programa de “Sentimiento Españolista”, mire la televisión y vi una noticia que me impacto, decia “MURIO ALFONSIN”.-
Debo decir que la noticia me descoloco, casi no pude abrir el programa y pedi inmediatamente un tema musical. Luego de a poco me recompuse y pude terminar el programa casi normalmente.
Pero a medida que avanzaba la noche y veia por televisión el acontecimiento, me crecia una angustia y un dolor que realmente me sorprendio.
Si bien alla por el año 1982, 83, 84 y 85, habia militado fervorosamente en apoyo a las ideas que expresaba. Yo consideraba que en un pasado reciente nuestros caminos politicos se habian bifurcado.
Entonces pensaba, ¿porque la angustia y el dolor?.... Todo el miércoles y jueves fueron igual. 
Al fin, mi mente se despejo y abrio paso a una catarata de recuerdos, fotogramas mentales de esos años, y alli me di cuenta, alli tome razon de lo que me estaba pasando.
LA MUERTE DE ALFONSIN HABIA REFLOTADO EN MI, TODOS AQUELLOS SENTIMIENTOS DE LUCHA Y PASION VIVIDOS.
Entonces tome conciencia del legado heredado, y que la vida me permitio ser participe de algo inolvidable, algo que me dejo marcado para siempre. Lo vivido en aquellos años es imposible de describir con palabras, fue vibrante, apasionado, y bastante suicida ahora que lo pienso.
Alfonsin, con su predica ciudadana, le puso nombre y apellido a los valores civicos, eticos y morales, que yo sentia y cultivaba desde chico. ENCARNO LA ESPERANZA. Fue la luz necesaria en esa larga noche negra que viviamos los argentinos y de la cual queriamos salir.
Me permitio ser participe aunque nomas sea con un granito de arena de un momento historico para la Argentina, y por ende de la democracia que supimos conseguir.
Hoy a la distancia, y con su muerte, debo decir que me siento orgulloso de haber sido participe de esos tiempos, el haber militado con la intensidad que lo hice, me deja un sentimiento de nostalgia, pero tambien una gran satisfacción de la que hasta ahora no me habia dado cuenta que tenia.
Creo que la vida siempre nos da la oportunidad, de dejar una marca, pequeña e imperceptible, pero nuestra.
Es el legado que le dejamos a nuestros hijos. Y si lo hicimos con etica y honradez intelectual, ellos tendran las herramientas necesarias para poder decidir su futuro libremente.
SERGIO RODRIGUEZ
